Como jirones, quantums que fluyen. Sin rumbo, sin motivo aparente. O quizás si. Se ramifican, se dividen, divertículos del tiempo que acechan a la luz. Se esconden, emboscan y la atrapan. La subyugan para hacerla suya.
Nos rodea y nos empuja. Para bien o para mal nos guía como un Lázaro obligado a resucitar cada día. Cada cual decide si dejarse o remar. Pero al final siempre está el mar o el no-mar. El que esté libre de pecado….
Río Esqueiro. San Pedro de la ribera.Cudillero. Asturias.
* Iván Ferreiro
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